viernes, 28 de agosto de 2009

La fortaleza
















Como el mismo fuego apareciste
viva, danzante en su propia esencia
fulgurante, desafiante
agitada por la fuerza del viento

En silencio, solitaria
lograste enmudecer mi ahora
que estaba herido de muerte
y lo llenaste de vida
Casi mágicamente
me vestiste de gala
desde tu lengua desafiante
me brindaste un centello de calor

Lograste extraer
de lo mas recóndito de la noche
una poción de eternidad
para regresarme a la vida misma
que se ausentaba a pasos agigantados

Todo sucede en la magnífica
fecundidad de tu esencia,
erguiste mi dignidad, mi entereza
para suscribir el legado de sentirme vivo.


Omar Martin ®