El amanecer me encontró junto a tu cuerpo,
sentí el silencio de tus sensaciones
pude percibir la opulencia de lo tangible y lo oculto,
me convertí en un esclavo de tan profusa belleza
Esa mañana me descubrí buscando tu boca,
mientras observaba las aguas marrones y ciegas,
tu humedad sincronizada con el vasto río
me sumergieron en una torre de placer inconmensurable
Sin pausas, tu aroma jadeo mi esencia
mis ojos se llenaron de tersa dulzura
dibujaste entre mis poros un óleo a fuego lento
tus manos transportaron un huracán de emociones
Como un capitán de una fragata
sentí que las estrellas guiaban
el movimiento ondulante de tu cuerpo
envuelto en mi corazón agitado
El beso apasionado me lleno de perfume
penetró perceptible en mis profundos silencios,
las orillas dejaron huellas imborrables
sobre la cadencia de tus curvas perfectas
Omar Martin
Poema registrado
